Barranquilla es la capital del Departamento Atlántico de Colombia. Gran puerto marino bordeado por el gran río Magdalena.

Tiene una población de un millón doscientos mil habitantes y en comparación con los más de dos mil metros sobre el nivel del mar de Rionegro, aquí no pasamos de los 18 metros de altura.

Entre sus curiosidades y puntos de interés están el carnaval, famoso en el mundo entero y declarado Patrimonio Cultural de la Nación y Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad, y sus famosas playas caribeñas. Yo, por el momento no voy a hacer turismo “playero” pero, seguro que si miráis en internet, las podréis disfrutar virtualmente.

Aquí, en Barranquilla, nuestra misión principal es la educativa. Tenemos dos colegios en distintos estratos de la ciudad: uno, en el estrato 1 y otro en el estrato 6. Según aumenta el número, la situación económica y social es mejor.

El que está en el estrato 1 es un colegio de barriada, que se llama Santa María de la Providencia, y el del estrato 6 se llama Colegio  Buen Consejo (COLBUENCO).

Aunque tendré oportunidad de informaros detalles interesantes de cada colegio, por el momento voy a seguir viviendo la vida de la comunidad religiosa (tres personas), y dejarme sorprender por la enorme vida que brota de los moradores de los colegios, principalmente chicas. Os va a sorprender su historia.

Según estoy escribiendo estas líneas, los alumnos y alumnas del primer grado del colegio Santa María de la Providencia, están teniendo en el colegio COLBUENCO la jornada “encuentros con Cristo”. Su nombre lo indica: a través de actividades, juegos, cantos, oraciones y compartir,  se encuentran con Jesús.

Para la jornada traen previamente una carta cerrada escrita por sus padres, que leerán en el transcurso del día, y, a su vez, escribirán una a sus padres, que entregarán cuando lleguen a casa. Las cartas expresarán el sentimiento o la apreciación que cada uno tiene hacia el otro.

A estos niños y niñas les encanta comer en el colegio COLBUENCO y leer, aunque sea silabeando, la carta que han escrito sus padres, y que siempre les emociona. Seguro que la llegada a su casa y la lectura de la carta dirigida a sus padres, es otro momento de encuentro y de cariño familiar.

Hoy termino. Sigo esperando vuestras noticias y me imagino que ya estáis recordando las canciones aprendidas y que cantabais con tanto entusiasmo.

Besos.

María